«Los gestos de Servicio sin Amor carecen del verdadero sentido de la entrega», dijo el Obispo Ángel Macín en la misa del jueves santo desde la Iglesia Catedral, dando comienzo al triduo pascual.

 

El Triduo Pascual comenzó el Jueves Santo con la misa vespertina de la cena del Señor, donde se conmemoró la institución de la Eucaristía.

 

El lavatorio de los pies formó parte de la ceremonia, y en su primer jueves santo como obispo, Monseñor Macín lavó los pies a doce representantes de la comunidad.

 

El Maestro asume la condición de siervo, para eso, para servir, dejando muy en claro a sus discípulos que la humildad es indispensable para ejercer plenamente el ministerio recibido de sus manos. Servir antes que desear ser servido, no es una condición exclusiva para los sacerdotes, es la doctrina que todos los fieles deben llevar a la práctica.

 

La Eucaristía es el centro de nuestra vida espiritual, sabemos que Jesús está real y verdaderamente presente con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad bajo las especies del pan y del vino. Así lo dijo a los apóstoles con las palabras de consagración que ahora repiten los sacerdotes en la Santa Misa, este es mi cuerpo…, esta es mi sangre…, hagan esto en memoria mía.

 

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