Rolando Fabián Ramírez fue hallado culpable por el Tribunal Oral Pluripersonal que lo juzgó por el atroz crimen de Keila Rojas, la hija de su pareja de tan solo 2 años y 8 meses de vida.

 

El acusado fue sentenciado con prisión perpetua,el máximo legal para el delito que se le reprochaba: abuso sexual con acceso carnal agravado por la condición de guardador y homicidio calificado por alevosía en concurso real.

 

Los jueces Jorge Fernández, Jorge Galbusera y Nicolás Muse Chemes, éste último en calidad de presidente, lo hallaron culpable de haber violado y matado a golpes a su hijastra, la pequeña e indefensa Keila Rojas.

 

El aberrante caso

 

Rolando Fabián Ramírez fue condenado por un crimen de extrema perversidad; la violación y crimen de su hijastra Keila Rojas,  que el sábado 19 de noviembre de 2010 llegó agonizante en brazos de su madre a la comisaría de Guadalupe Norte.

 

El calamitoso estado que a primera vista presentaba la criatura decidió su inmediato traslado al Hospital Central de Reconquista, pero a ese nosocomio llegaría sin vida y horas después los exámenes médicos revelarían que la nena no sólo presentaba hematomas en todo el cuerpo, sino cuatro costillas rotas y lesiones vaginales compatibles con una violación.

 

La madre, Ana María Guzmán, una joven bonaerense de 19 años, edad reveló que su concubino huyó apenas ella regresó de una reunión familiar alrededor de las 13.30. Con ese gesto y las palabras que disparó a su compañera: “Me mandé una macana”, el padrastro se colocó las esposas.

 

En aquel momento, los agentes de la Subcomisaría 4a. de Guadalupe Norte y todos los efectivos de la IV Zona de Inspección salieron en persecución de Ramírez, un albañil de 20 años de edad. Orientados por los indignados vecinos, los uniformados le dieron alcance cuando escapaba a campo traviesa, en medio de un cultivo de girasol.

 

Foto Reconquistahoy