Los concejales y parte del ejecutivo mantendrán reuniones con los propietarios de los boliches de Avellaneda para evitar la mudanza que generó escándalo la semana pasada.

Luego del escándalo y el revuelo de los adolescentes, el poder político se mostró dispuesto a cambiar la legislación.

Lo único que no están dispuestos a cambiar tiene que ver con la división de menores y mayores. Solo habrá venta de alcohol en los boliches que tengan entre su público a personas mayores de 18 años.

Lo que sí están dispuestos a cambiar tiene que ver con el horario de ingreso y posiblemente intenten con esto convencer a los propietarios del negocio de la noche para que no abandonen la ciudad.

Con el primero que se reunirán será con Toledo, propietario de Gigante Bailable. Lo de Chicano parece irreversible.

 

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