Adrián Marcelo Vega confesó anoche ante la policía que mató a su mujer Andrea Ortíz. El funcionario de seguridad se quebró ante los sumariantes y admitió que dio muerte a su pareja con un punzón, por celos.

 

En sus dichos, Vega relató la secuencia que desencadenó la tragedia. Dijo en ese sentido que había discutido con su compañera por motivos de celos debido a que no le gustaba que cuando iba a trabajar, turnos de 24 horas, llegaran a su casa terceros a jugar a los naipes.

 

El asesino añadió que tras el cruce partió para su lugar de prestación de servicio, la cárcel de Santa Felicia, pero una vez allí los pensamientos no dejaron de atormentarlo. Fue así que pasadas las 2 de la madrugada, cuando estaba en el descanso del turno de guardia, se escapó hacia Vera.

 

Precisó que cuando llegó a su casa volvió a pelear con Andrea, las palabras fueron subiendo de tono hasta que perdió el control de sí y con un punzón de poca punta arremetió contra la víctima, clavándoselo en el cuerpo 27 veces, sin siquiera atinar a pensar que gestaba un hijo suyo.

 

La dejó tirada, muerta, y volvió a su trabajo, con las ropas manchadas con sangre, y con el peso del atroz crimen sobre su conciencia. Vega sostuvo no recordar cómo la mató ni los momentos vividos hasta que regresó a su trabajo. Pero sumido por la culpa sí atinó a confesar la autoría del hecho de sangre.

 

Para los investigadores el caso está resuelto. Adrián “Laucha” Vega afronta ahora cargos por homicidio calificado por el vínculo, por ser funcionario público de seguridad y por el estado de gravidez que presentaba su mujer al momento del crimen. Seguramente será condenado a reclusión perpetua.