A las 18, el juez subrogante Germán Fabbro resolvió procesar a la docente Analía Gonzáles por el homicidio de su concubino. Le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria.

 

La figura penal aplicada por el magistrado para encauzar a la docente es homicidio calificado por el vínculo agravado por el uso de arma de fuego, con prisión preventiva que se hará efectiva mediante la modalidad de prisión domiciliaria, una vez que los defensores acerquen una persona que oficiará de fiadora de la procesada.

 

Es pasible así de una de las condenas más duras previstas en el Código Penal cual es la reclusión perpetua, aunque las circunstancias extraordinarias de atenuación, sin son probadas, jugarán un rol de decisivo.