Reconquista ya no es aquella donde no pasaba nada y su gente escuchaba por las noticias nacionales los graves sucesos de delincuencia, hace un tiempo que las peleas entre bandas, vecinos, familiares, los robos armados, las entraderas y los arrebatos de motochorros, son moneda corriente.

 

Hasta aquí los dirigentes tanto provinciales, como locales, han maquillado una situación que se desborda cada vez más. La policía está colapsada. Pero por sobre todas las cosas las leyes reinantes benefician a los que cometen delitos.

 

Hoy te cruzas con algún policía y te dice “Mira hacemos lo que podemos, porque imagínate que si en un arresto o aprensión forcejeamos con el delincuente y le queda alguna marca, este te denuncia, y como mínimo te comes un sumario”. Imagínense el policía que tiene que darle de comer a toda su familia. Pero hay otro dato no menor, cuantos policías sufrieron la violencia de las calles de la ciudad en su cuerpo.

 

Este sábado nomas hubo múltiples hechos en distintos lugares de la ciudad, por ejemplo: un grupo de delincuentes rompió la puerta del frente de un negocio en Ledesma y López, destrozaron y se llevaron lo que estaba al alcance de su mano, hasta la caja registradora y cuando estaban escapando llego la policía con la cual se enfrentaron a piedrazos. En barrio Malvinas una disputa entre dos familias, termino con la intervención policial y el móvil con rotura de parabrisas. En barrio Don Héctor, un vecino le fue a pedir una caja de vino a otro, este se resistió y termino recibiendo un disparo de tumbera en el rostro, luego de eso la familia del herido le dio una golpiza al que fue a manguear.

 

Estos son solo tres casos, pero hay muchos más de la violencia y vandalismo que se vive en todos los sectores de una Reconquista, que ya fue dejando ese mote de lugar tranquilo, para pasar a ser otra de las ciudades santafesinas donde manda el descontrol.

 

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