Unas 150 personas viajaron desde Reconquista, Santa Fe, para presenciar ayer la instalación (asunción del cargo) de Dante Gustavo Braida como obispo auxiliar de Mendoza.

 

A minutos de que comenzara la misa, el prelado reconoció que no le resultó sencillo separarse de los feligreses de su lugar de origen pero también señaló que los cambios ayudan a crecer y se mostró interesado por acompañar a los que más necesidades tienen.

 

El flamante obispo, quien nació en 1968 en una familia trabajadora de Reconquista, fue nombrado por el papa Francisco a principios de abril. El párroco viene a ocupar el cargo que había quedado vacante en julio de 2013, cuando Sergio Buenanueva se fue de Mendoza para desempeñarse como obispo de San Francisco, Córdoba.

 

Acompañará en su tarea al arzobispo Carlos María Franzini quien, si bien es oriundo de San Isidro, Buenos Aires, fue obispo de Rafaela (Santa Fe), durante 12 años, hasta que se trasladó a suelo mendocino.

 

En un momento entre los afectuosos abrazos de bienvenida, Braida comentó que había llegado el lunes a la noche en camioneta, que el martes se reunió con sacerdotes y hermanas, el miércoles visitó la parroquia Nuestra Señora de los Dolores -donde se ofició la misa de instalación- y el jueves se reunió con los feligreses de Reconquista que llegaron para acompañarlo. De ahí que señalara que está tratando de serenarse y prepararse para esta nueva etapa.

 

Sin embargo, también tiene mucho que ver con esto el ritmo intenso que mantuvo en las semanas previas a mudarse desde Santa Fe, ya que tuvo que terminar varias actividades.

 

Es que era vicario general de la diócesis de Reconquista e integrante del Consejo Presbiteral Diocesano, del Consejo de Consultores Diocesanos, del Consejo de Dirección del Instituto Diocesano para la Formación del Diaconado permanente, y del equipo interdisciplinar “Jeremías” de la Comisión Episcopal de Ministerios (Cemin).

 

El obispo de Reconquista, Ángel José Macín, describió al padre Dante como una persona sencilla, que procura estar abierto a todos y tiene una cercanía especial con los sectores más desprotegidos (fue director de Cáritas en 2012 y miembro de la Pastoral Social). Asimismo, indicó que se formó en los grupos juveniles y su estilo sacerdotal es misionero.

 

Como sacerdote siempre estuvo en parroquias de Santa Fe, con la excepción de cuatro años (entre agosto de 2000 y agosto de 2004), cuando fue enviado en misión a Cuba, donde la diócesis de Reconquista mandaba sacerdotes para sostener la parroquia Virgen de la Caridad.

 

El obispo Macín indicó que la elección del Papa significa para ellos una entrega difícil, porque Braida hacía diversos aportes, pero indicó que también implica una alegría porque confían en que Dios quiere que ambas provincias se unan en una misma misión.

 

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