«Macri es un Presidente de transición (entre la vieja política estereotipada por el kirchnerismo, y el futuro «new age») suele ubicar el Diputado ex- peronista en Cambiemos Norberto Nicotra, para explicar el desgaste del actual Presidente en su zigzagueante devenir político, pero básicamente económico.

 

De allí que ya no pocos especulan en el mismo PRO que si el Presidente llegare muy averiado al 2019, no habría más remedio que ir pensando en la sorprendente figura de María Eugenia Vidal para seguir manteniendo el poder en manos de Cambiemos.

 

El analista económico Salvador Distéfano asegura que es lisa y llanamente un divague pretender una inflación del 15% para este año; más bien estaría cercana a la del año pasado (que fue en Santa Fe según el IPEC del 26,1 %), mientras que sitúa al dólar para fin de año en valores superiores a los actuales (rozando los 23 pesos). Distéfano basa su análisis estadístico a futuro, en el nivel de aumento de los servicios públicos y el combustible (que promedian más del 28 %) subas que necesariamente serán trasladadas a precio. Sin contar el déficit comercial y fiscal. Y encima una sequía devastadora.

 

La economía – salvo en las elecciones parlamentarias del 2017 – siempre influyó en las decisiones electorales de la población, por aquella máxima de que la víscera que más duele es el bolsillo. Sin embargo Nicotra sostiene que con un gobierno de seis puntos, a Macri le alcanzaría para ser reelecto; además porque en la vereda de enfrente no se vislumbran rutilantes candidatos que puedan destronarlo tan fácilmente.

 

El Primer Mandatario santafesino Miguel Lifschitz, ante esa anemia presidenciable opositora caviló y decidió exhibir lo que el titular del PS a nivel nacional Antonio Bonfatti venía sugiriendo, y desde el año 2007 es el modelo que gobierna Santa Fe: una tercera vía progresista no retrógrada.

 

Lifschitz lo reveló, no tan metafóricamente, hace dos viernes en Rosario: ¿por qué no ser candidato a Presidente?.
Macri le empardó la jugada el jueves pasado en su discurso ante el pleno del Congreso: planteó el debate sobre el aborto, la igualdad salarial entre el hombre y la mujer, la violencia de género, la extensión de licencia por maternidad para el padre, la prevención del embarazo adolescente y el problema de la obesidad infantil.

 

Miguel Lifschitz era consciente de que con semejante pretensión nacional, arrobada (en glosario de internet) con el envío al parlamento de la reforma de la Constitución, desataría la tormenta perfecta en su terruño.
Los primeros cumulonimbus se visibilizaron la semana que pasó en una cena-plenario de legisladores frentistas convocados por el propio Gobernador donde, si bien prevaleció el apoyo a la reforma constitucional, el inquilino de la Casa Gris percibió que habrá turbulencias en el trayecto de intentarlo.

 

«Es difícil pero no imposible», deslizó entre sus íntimos el Gobernador cuando le hicieron notar que el principal escollo para reformar la Constitución lo constituirá el peronismo, básicamente senatorial. Allí estaría necesitando entre seis y siete votos. El jueves pasado «desaparecieron» del recinto para darle los votos al FPCyS a los fines de transformar en Ley la reforma tributaria los senadores peronistas Raúl Gramajo (9 de Julio), Cristina Berra (San Martín), Osvaldo Sosa (Vera), Ricardo Kaufmann (Garay) y José Baucero (San Javier). ¿Un augurio para Lifschitz?.

 

En la políticamente variopinta Cámara de Diputados donde al tándem Bonfatti- Galassi le sería más difícil reunir los dos tercios necesarios para obtener la ley de necesidad de reforma de la Constitución (casi diez votos adicionales a los propios), el radical en Cambiemos Sergio Mas Varela sorprendió al afirmar que si el Gobernador se auto excluye expresamente de ser reelecto (Lifschitz dijo en Rosario que «eso se arregla con una cláusula transitoria») él personalmente – ¿y cuántos mas del bloque de diez?- no tendría inconvenientes en votar la Ley de Necesidad de la Reforma.

 

Antonio Bonfatti aclaró que la reunión en Capital Federal, en la Casa de Santa Fe, entre Miguel Lifschitz, Margarita Stolbizer, Ricardo Alfonsín y Martín Losteau fue «a título personal», no partidariamente orgánica. Así suele obrar el Gobernador santafesino: primero avanza y después consulta.

 

La «tercera vía» nacional está en marcha; y Miguel Lifschitz quiere ser protagonista; ¿desistirá entonces de competir parlamentariamente en las elecciones provinciales del año que viene, como hiciera Antonio Bonfatti en el 2015 encabezando la lista de diputados?. Todo indicaría que sí.

 

Sus principales socios, los radicales NEO ya programaron el GPS para encarar lo que se viene: cooptar electoralmente en las internas partidarias la conducción y Convención de la UCR, y competir en las PASO con candidato propio (Maximiliano Pullaro). Se sienten respaldados territorialmente por los resultados de las elecciones del año pasado, y quieren marcarle el paso no solo a sus socios del FPCyS, sino también eventualmente a José Corral.

 

El peronismo (que en Rosario ensaya una delicada alquimia con Ciudad Futura y el propio socialismo para forzar la posibilidad de «un inédito balotaje») al ahora posicionado nacionalmente Omar Perotti (acaba de acordar con el bloque – y el aval de Federico Pinedo, titular PRO- la Vicepresidencia del Senado) le estaría sumando la intrigante candidatura de María Eugenia Bielsa (el mítico «avión negro de Perón», la comparan algunos compañeros), el expectante Rafael Gutiérrez; una tríada de Unidad Ciudadana, y la proyección del exitoso jefe comunal de Timbúes Amaro «Fito» González, que a mediados de este mes se erigirá como el nuevo presidente del Partido Unite por Santa Fe, con el cual piensa establecer alianzas junto al peronismo.

 

Apenas iniciado el incierto 2018, los políticos ya están ajustando las coordenadas para el electoral 2019.