Fue ayer por la mañana en la sede de la OGJ de Reconquista. Estuvo presidida por el camarista Carlos Renna. Hubo fuertes cruces entre las partes, Un hermano del condenado por abusos agredió al padre de una de las víctimas.

 

Pasadas las 9, el juez de Cámara Penal Carlos Renna dio por iniciada la audiencia de revisión de la prisión preventiva que pesa sobre el cura Néstor Monzón, condenado en primera instancia por el abuso sexual de dos menores de 3 y 5 años.

 

La ronda de exposiciones fue abierta por el abogado defensor Ricardo Degoumois, quien se explayó sobre la flagrante violación de garantías constitucionales de la cual es víctima su defendido toda vez que está preso sin condena firme.

 

Dijo además que se han ofrecido varias alternativas para que Monzón pueda cumplir prisión domiciliaria tales como tobillera electrónica, una cámara con IP que monitoree su casa, una caución real consistente en la casa de los padres y hasta la posibilidad de que se presente 2 o 3 veces por día a sede policial, del MPA o donde fuere para acreditar su presencia en la ciudad.

 

Degoumois atacó la resolución de la jueza Senn que le aplicó la preventiva al cura porque «se basó en los contactos que Monzón tiene en Facebook y que pueden ayudarlo a fugarse».

 

También sostuvo que en la jurisdicción (en el norte provincial) solo hubo dos prófugos desde la entrada en vigencia del nuevo sistema penal y que ello evidencia que las prisiones preventivas son excesivas en la mayoría de los casos.

 

Alegó que Monzón siempre estuvo a derecho. Ejemplificó eso trayendo al presente que cuando fue condenado estuvo 48 horas en su casa hasta que se realizó la audiencia de medida cautelar. «Si hubiese querido fugarse, ése era el momento. Pero no lo hizo porque siempre estuvo a derecho», aseveró.

 

El profesional atacó lo inquisitivo que resulta el nuevo sistema penal, que para su visión «arrancó bien en 2015 pero ahora tiene de cada dos imputados uno con prisión preventiva».

 

A su turno, el fiscal Alejandro Rodríguez rebatió cada uno de los argumentos vertidos por su contraparte al expresar que mantenía vigentes las causales expuestas en la audiencia primigenia. «Para este acusador se mantienen los tres presupuestos penales para que el condenado continúe en prisión preventiva», apuntó.

 

Luego, cuestionó a Degoumois por introducir en el debate planteos sorpresivos que impiden poder ser atacados puesto que no estaban previstos de antemano, como debería ser.

 

Los querellantes Luciana González y Gerardo Ramseyer se expidieron en igual sentido que el representante del MPA y destacaron que el fallo de la jueza Senn respecto de encarcelar preventivamente a Monzón «es brillante».

 

Al momento de las réplicas, la audiencia creció en intensidad verbal. El Dr. Degoumois replicó con vehemencia los dichos del fiscal y las querellas y disparó que «falazmente» presentan cuestiones que «no son verdad». Les enrostró que «parece que no han leído la sentencia donde la jueza Senn destacó que Monzón siempre estuvo a derecho durante todo el proceso».

 

Eso motivó que el fiscal Rodríguez se interpusiera, visiblemente molesto, sin pedir autorización del juez Renna para hacer uso de la palabra y acusó al abogado de poner el tela de dudas la actuación de la fiscalía para desacreditarlo frente a la sociedad.

 

De ahí en más, el magistrado interviniente dio por terminada la audiencia sin resolver en el momento sino acogiéndose a la posibilidad de tomar el tiempo legal que lo asiste para emitir una resolución respecto de la situación del cura.

 

Antes de eso, los padres de los nenes víctimas pudieron poner en palabras sus posturas. La madre de la nena pidió justicia y cárcel efectiva para el sacerdote, lo acusó de provocador toda vez que durante el juicio le dijo que «le había rezado a mi madre para que se haga justicia; mi madre se murió por culpa de esta causa, por culpa de él, entonces no puede decirnos eso».

 

Enseguida, el padre del nene se expresó en igual sentido y reclamó que Monzón quede preso porque arruinó la vida de dos familias.

 

El momento de tensión mayor se vivió cuando Monzón habló en la audiencia. «Quiero pedirles perdón si los ofendí, yo solo quise decir que le rezaba a la madre de la señora para que se haga justicia».

 

Los padres no aguantaron que les dirijiera la palabra, algo que estaba pactado de antemano, y a viva voz se lo recriminaron. Un hermano del cura presente en la sala el propinó un grosero empujón al padre del chico víctima y se paró de manos para trenzarse en pelea. Intervino la policía presente que impidió que la escaramuza pasara a mayores.

 

Monzón fue trasladado nuevamente a la cárcel de Santa Felicia en un móvil del Servicio Penitenciario. En la veredad, una veintena de familiares y allegados lo alentaron a no bajar los brazos.

 

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