La audiencia de apelación se desarrolló por videoconferencia y duró varias horas. La defensa de Monzón insistió en la absolución del condenado, mientras que la acusación solicitó que se confirme la sentencia impuesta en el juicio.

 

El tribunal de la Cámara de Apelaciones conformado por los jueces José Mántaras, Eduardo Bernacchia y Jorge Andrés deberá revisar la condena a 16 años de prisión impuesta en juicio al exsacerdote Néstor Monzón por el abuso sexual de una niña y un niño en Reconquista.

 

La audiencia comenzó cerca del mediodía del jueves por videoconferencia, y se prolongó durante varias horas. El abogado defensor de Monzón, Ricardo Degoumois solicitó que el fallo impuesto por unanimidad en diciembre sea revocado y se absuelva al condenado, mientras que el fiscal Alejandro Rodríguez y los querellantes Luciana Gonzalez, Andrés Ghio y Andrés Ramseyer reclamaron que la condena sea confirmada y poner fin a una causa que ya lleva cinco años.

 

Hablaron todos

 

Tras los agravios de las partes, Néstor Monzón habló desde su lugar de detención en Santa Felicia.

 

El condenado refirió con la ilusión que arribó a Reconquista tras la designación del obispo, y que fue “sorprendido” por la acusación de abuso infantil. “No entiendo nada”, expresó Monzón, y agregó que le pide a Dios «fortaleza» para soportar la situación. Luego se dirigieron al tribunal los padres de las víctimas. La mamá de la niña recordó que hace cinco años que llevan buscando justicia, y que necesitan intentar sanar, “porque no podemos seguir más así». La mujer manifestó que su hija sigue hablando de su agresor, que le volvió a preguntar por qué ese señor le hizo daño, por qué murió su abuela, por qué no están con ella; y avisó a los jueces que «no vamos a parar» hasta que se haga justicia. A continuación, el papá del nene comentó cómo el hecho tuvo repercusión en la vida de la familia: lo difícil que fue conseguir psicólogo para el niño porque los profesionales no querían verse involucrados en un caso de estas características hasta que dieron con la psicóloga que asiste al niño; el hombre a continuación le contó al tribunal que su madre, abuela de los niños, no quería volver a pisar una iglesia hasta que Monzón no sea condenado. La mujer era vecina de la parroquia donde se cometieron los abusos y falleció antes del inicio del juicio.

 

El querellante recordó también las situaciones de amenazas y agresiones que padecieron de parte de familiares de Monzón, tanto en la vía pública como en comercios de la ciudad. «Lo único que pido es justicia, justicia, nada más», finalizó.