El Gobierno nacional lanzó el nuevo IFE. Será de $ 18.000 para trabajadores informales y monotributistas y de $ 12.000 para los jubilados que cobren hasta dos haberes mínimos.

 

El Gobierno anunció este lunes medidas que buscan aliviar los bolsillos de los argentinos, con el lanzamiento de un mecanismo similar al IFE.Se trata de bonos para jubilados, monotributistas y trabajadores informales, entre otras medidas.

 

Los trabajadores “informales y monotributistas: $18.000 lo recibirán en 2 cuotas; para quienes perciben hasta 2 Salarios Mínimo Vital y Móvil – categorías A y B del Monotributo; el Bono para jubilados: $12.000 en 1 cuota, para quienes perciben hasta 2 jubilaciones mínimas”. En este caso, “complementa el bono anterior otorgado de $6.000 y de esta manera se equipara con el bono que se otorga a las y los trabajadores”.

 

Cabe recordar que la jubilación mínima se ubica actualmente en $32.630 y el salario mínimo en $38.940.

 

Se estima que el pago iniciará en mayo y se financiará con fondos del Tesoro en principio.

 

Con estos fondos se buscará asistir a los sectores cuyos ingresos se deterioraron en los últimos meses a través de un mecanismo similar al IFE. Es que los beneficiarios de esta ayuda estatal son justamente trabajadores que no están sindicalizados o son cuentapropistas.

 

Los salarios del sector formal vienen aumentando a razón del 57,3% anual (datos a enero, los últimos que publicó el INDEC) pero los salarios del segmento no registrado avanzaron sólo 40,7%.

 

Es decir, mientras que los sueldos de los que están en blanco le ganaron a la inflación, los que trabajan en negro perdieron más de 7 puntos contra el índice de precios.

 

El problema se agrava si se tiene en cuenta que uno de los rubros cuyos precios más subieron son los alimentos, productos a los que estos sectores destinan la mayor parte de sus ingresos. Estudios privados anticipan que, en el primer trimestre del año, la canasta alimentaria subió cerca de 20%.

 

Cabe señalar que cerca del 35% de los trabajadores son informales, según estudios oficiales. El propósito del Gobierno es destinar los fondos que se obtengan por esta vía fundamentalmente a atender a los trabajadores no sindicalizados, cuyos ingresos se han visto deteriorados por la suba de la inflación y que no cuentan con el recurso de negociar en un paritaria.

 

Entre los beneficiarios, abarcó a trabajadores de la economía informal, monotributistas sociales, monotributistas de las categorías A o B, trabajadoras de casas particulares, personas desempleadas y titulares de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y Asignación Universal por Embarazo (AUE).En principio, la intención sería no asistir a estos últimos sectores ya que, en los despachos oficiales, consideran que “están siendo asistidos” con las diversas ayudas que se otorgaron. “El problema lo tenemos en los segmentos inmediatamente superior”, explican. De ahí, que estiman la ayuda sería a un universo menor que los casi 9 millones de personas.

 

Al respecto, estudios de mercado registran una disminución en el consumo de los sectores cuyos ingresos están inmediatamente por encima de los mínimos. Estos últimos son alcanzados por distintos programas asistenciales del gobierno (AUH, planes, canastas, tarjeta Alimentar), pero no sucede lo mismo, por ejemplo, con cuentapropistas que se encuentran en situación precaria.

 

Cómo se financiará el nuevo IFE

 

La idea del jefe del Palacio de Hacienda es que el Estado se apropie de las ganancias extraordinarias que obtuvieron determinados sectores como consecuencia de la brusca suba en los precios internacionales de las materias primas a raíz de la guerra en Ucrania.

 

Estas ganancias, como explicó Guzmán, no fueron el resultado de mayores inversiones, sino de una inusual suba en los valores de las commodities por el conflicto bélico. Entre los productos que más subieron se encuentran los cereales y oleaginosos, gas, petróleo y minerales.

 

La intención oficial es que estos excedentes se destinen en parte a atender la situación de sectores vulnerables de la sociedad que han ido perdiendo poder adquisitivo. Particularmente, señalan fuentes del Gobierno, el propósito es reforzar los ingresos de los trabajadores informales. La ayuda a otorgar seria similar al IFE.

 

A diferencia de los salarios pagados a los trabajadores en blanco que, paritarias mediante, vienen ganándole a la inflación, los empleados “en negro” vienen perdiendo más de 7 puntos respecto de la inflación de los últimos doce meses, según los datos del INDEC.

 

Una de las definiciones que se tomaron en Chapadmalal, según trascendió en fuentes de la Casa Rosada, es que en realidad no se creará un nuevo tributo, sino que se proyecta un aumento en la alícuota más alta del impuesto a las Ganancias para montos a determinar, en los que se verifique un crecimiento exponencial en las utilidades.

 

De acuerdo con los números que se barajaron en ese encuentro reservado, se está pensando en cargar un 15% por encima de la alícuota superior de 35% de este tributo.

 

Otra definición es que, en principio abarcaría a empresas, no personas humanas y sería deducible en caso que las empresas realicen inversiones o tomen personal.

 

Es decir, las compañías podrían evitar el pago si amplían la capacidad de producción o aumentan el empleo, contribuyendo de esta forma a la recuperación económica.