Apenas finalizado la final y luego del nerviosismo, una multitud salió a festejar por las calles de la ciudad, primero en una caravana interminable y luego ya en la esquina de 18 de junio y San Martín que fue el epicentro.

 

Hasta la noche permanecía restringida la circulación en ese sector donde quedaban los más jóvenes disfrutando y festejado la obtención del título.

 

Argentina es campeón del mundo por tercera vez en su historia. Los festejos se multiplicaron en cada rincón del país donde nacieron los 26 futbolistas del plantel ganador: millones de personas roderon al Obelisco de Buenos Aires, los centros neurálgicos de cada provincia argentina fueron escenarios de júbilo y fiesta popular.