Según un relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario, se ha producido un ajuste negativo en maíz, estimándose 2 millones de toneladas menos que en enero, mientras se realiza la primera estimación de producción de la soja

 

La ola de calor ha generado un impacto sobre el potencial del rendimiento de la cosecha gruesa. Según un relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario, se ha producido un ajuste negativo en maíz, estimándose 2 millones de toneladas menos que en enero, mientras se realiza la primera estimación de producción de la soja.

 

Entre diciembre del 2023 y el 17 de enero se consolidó una mejora hídrica notable en los perfiles de los suelos en gran parte del área productiva del país. Sumado al pronóstico de un fenómeno Niño, que fue de nivel fuerte a moderado, hace un mes atrás se preveía una mejora de los guarismos de producción de soja en Argentina, con muy buenas posibilidades de superar cómodamente los 50 millones de toneladas.

 

Sin embargo, partir del 17 de enero se instaló una ola de calor muy larga y severa que dio vuelta el escenario. Además, ocurrió en un momento muy sensible de la soja de primera, que forzó el aborto de chauchas. Si se compara esta estimación con la proyección de principios de enero, el deterioro de los cultivos llevó a un fuerte recorte de 2,5 millones de toneladas.

 

Este recorte no ha sido mayor gracias a las lluvias claves que cayeron entre el 7 y el 14 de febrero. Las imágenes de anomalía de reservas de humedad muestran las situaciones mencionadas. Siempre teniendo en cuenta que queda un buen trecho hasta la cosecha, la realidad es en muy poco tiempo se han producido enormes cambios en el escenario agrícola.

 

Tras las lluvias, se observó una reacción positiva en áreas como el SE de Buenos Aires, centro sur de Santa Fe, sur de Córdoba y Entre Ríos. Pero hay otras zonas conflictivas en las que las recientes lluvias no han sido suficientes y sistemáticamente han recibido menores acumulados desde diciembre, como en el centro, oeste y NE bonaerense, centro y norte de Córdoba, Santiago el Estero y especialmente en Chaco.

 

En cuanto a la soja de segunda, la situación sigue muy delicada. El golpe de calor ha dejado daños generalizados en la región pampeana: hubo caídas en los rindes potencial del orden del 40% a 60% y numerosas áreas pérdidas que llevan a estimar un área no cosechable de 750.000 hectáreas.

 

La estimación de febrero también tiene en cuenta un ajuste en el área nacional de siembra de 100.000 hectáreas menos. Con una superficie sembrada de 17,3 millones de hectáreas (8,3% más que el año pasado) y un rinde promedio nacional de 29,9 quintales por hectáreas se estima la producción en 49,5 millones de toneladas. De esta manera, la nueva campaña superaría en 19,5 millones de toneladas al malogrado ciclo anterior de 20 millones.