El secretario electoral de la provincia, Pablo Ayala, confirmó este domingo por la tarde que la participación en las elecciones generales fue baja. Según datos del Tribunal Electoral, sólo el 52% del padrón provincial emitió su voto, una cifra inferior a la registrada en las PASO de abril.

 

“Obviamente, hubiésemos querido que la participación sea mayor, pero la gente se manifestó como en 2001 con el voto en blanco. En este caso, lo hizo absteniéndose de ir a votar”, expresó Ayala en conferencia de prensa, minutos antes de la apertura oficial del escrutinio.

 

La baja concurrencia se sintió especialmente en las grandes ciudades, donde se concentra la mayor parte del electorado: en Santa Fe y Rosario, la participación apenas alcanzó el 50%. En cambio, en algunos departamentos del interior —como Garay—, la asistencia superó el 60%, llegando en ciertos distritos al 70%. Sin embargo, su impacto fue menor por el escaso peso demográfico.

 

Ayala evitó atribuir el fenómeno a una causa única, aunque reconoció una creciente “desafección con el sistema”. “Esto es una realidad que se repite en otras jurisdicciones del país, donde también se votó este año con niveles similares de participación”, señaló.

 

El secretario electoral trazó una analogía con las elecciones legislativas de 2001, año marcado por la crisis institucional y el estallido social, cuando se popularizó el llamado «voto salame» —introducir fiambres en el sobre— como forma de protesta. En 2025, en un contexto diferente pero igualmente atravesado por el desencanto social, la respuesta parece haber sido el voto en blanco y la abstención.