El Senado votó por unanimidad y sobre tablas el mensaje del gobernador. Tanto el oficialismo como la oposición elogiaron el monto de la inversión prevista.

 

En apenas algo más de un par de horas, el Senado había completado el tratamiento del mensaje del gobernador Miguel Lifschitz para comenzar 2018 con su ley de Presupuesto.

 

Por el oficialismo, el miembro informante, Felipe Michlig (UCR-San Cristóbal) destacó la colaboración de la mayoría justicialista. Y por esa bancada de once miembros habló únicamente el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Alcides Calvo (PJ-Castellanos), cuyo despacho aprobó la Cámara sobre tablas. Fueron dos discursos para una voluminosa ley, que en otras oportunidades ha demandado varias rondas de bandejas cargadas de pocillos.

 

El clima de concordia para la aprobación de esa norma y los buenos deseos para Navidad -y también Año Nuevo- mostraron que los senadores ya no volverán a sesionar en lo que queda del año.

 

También, que los proyectos de ley sobre impuestos que el gobierno provincial esperaba contar, así como respecto del endeudamiento para avanzar con un plan de pavimentación a municipios y comunas (por 300 millones de dólares) quedaron para 2018 (ver aparte).

 

Cuánto y con qué

 

El oficialismo y la oposición mostraron diferentes posiciones respecto de cómo leer los números del presupuesto próximo y del presente, pronto a terminar.

 

Ambos bloques coinciden en que es alto o muy alto el nivel de inversión prevista para obras públicas, pero discuten sobre cuánto de lo que se promete construir finalmente se hace (en años anteriores). También se diferencian respecto de con qué recursos se harán las obras, es decir, cuál es el origen de los fondos invertidos.

 

Mientras para Michlig se trata de una administración que ha logrado un ahorro genuino durante 2017 para Calvo esos fondos provienen de la subejecución presupuestaria con la que termina el corriente año.

 

Para el radical en 2018 se volcarán con comodidad los ahorros y el superávit calculado a financiar la mayor parte de la obra pública, en el marco de un programa de inversiones que se desarrolla según el ritmo que se había propuesto.

 

En cambio, para el justicialista no hay un resultado superavitario si a los cálculos del gobierno provincial se les descuenta todo lo que ingresado en 2017, gracias al financiamiento externo. Y que los ahorros son el producto de que “según las cifras oficiales disponibles, para septiembre del corriente se había ejecutado el 44% de lo previsto, y estimamos que se llegará a un 65 ó 70%”.

 

Dijo que la diferencia debió volcarse “sobre todo en gastos corrientes”. Indicó que el pago de los sueldos se llevará el 43,1% de los gastos según la letra de la ley sancionada.

 

Calvo destacó que este es el segundo presupuesto consecutivo en el que no se agregan cargos a la estructura del Estado. Y puso el acento en que la oposición espera que el gobierno pueda invertir las cifras que se ha propuesto “para obras públicas e infraestructura clave para el desarrollo”, dijo el rafaelino.

 

Prioridades

 

Antes, Michlig destacó el profundo “significado político” que tiene la ley de presupuesto para cualquier gobierno que debe asignar recursos finitos a necesidades que los superan.

 

Para el jefe del bloque del Frente Progresista, Cívico y Social, “casi tres cuartas partes de la cuenta de inversión en obras públicas es financiada con ahorros propios, pocas provincias tienen el orgullo de poder mostrar esto”.

 

$ 29.399 millones suma la cuenta de gasto de capital, es el 15,4% del total de gastos del presupuesto, “un porcentaje que es muy elevado si se lo compara con cualquier otra provincia”. Y destacó que .847 millones se destinarán a construcciones. Sobre esta última cifra destacó que para hacer o mejorar comisarías y módulos de detención, habrá 1.700 millones. Para la policía, 595 millones se destinarán a comprar vehículos y equipos, además de armas y cámaras de video vigilancia.

 

Fuente: Sin Mordaza – EL