El diario La Nación de este miércoles confirma la información que LA OPINION adelantó hace un par de meses atrás (y que fuera relativizada y hasta desmentida por allegados a la cooperativa sunchalense) la neocelandeza Fonterra será el «socio estratégico» de SanCor muy pronto.

 

Inclusive el rotativo nacional da cuenta del mismo porcentaje de acciones que en su momento publicásemos: 80 % para Fonterra, 20 % para SanCor. Y para el próximo viernes 12 una asamblea de socios consolidará otro de nuestros anticipos: la venta de la mitad que Sancor tiene con la sueco-danesa Arla Foods en Afisa, firma que está en Porteña, Córdoba, y se dedica a la elaboración de proteínas de suero de queso para, con ese dinero, indemnizar a los empleados que no quiere Fonterra en su futuro staff. Se habla de más de mil.

 

La Nación publica también que la operación rondaría entre US$ 330 y 350 millones de dólares. Se trata, en líneas generales, del monto equivalente a la deuda total que tendría a hoy la cooperativa con proveedores, productores y la parte financiera. Según registros del Banco Central, SanCor llegó a acumular cheques rechazados por $ 1052,3 millones y la cooperativa solo abonó el 22,92% de ese monto.

 

SanCor, dice el Diario nacional, tiene unos 7000 acreedores y necesita lograr el acuerdo de más de la mitad. En el marco de la operación, en los últimos días trascendió que se está ofreciendo a los productores y cooperativas socias pagarles solo un 40% de la deuda que la cooperativa tiene con ellos por producción de febrero y marzo del año pasado, entre otros meses de 2016.

 

Fonterra le habría dejado a SanCor la negociación por su cuenta de determinadas deudas, entre ellas las que tiene con los tamberos y cooperativas socias. En tanto, la firma de Nueva Zelanda estaba en tratativas con proveedores, bancos y el Gobierno. SanCor le debe más de $ 1000 millones a la AFIP.

 

En 2016, SanCor le vendió a Vicentín el 90% de su negocio de yogures, postres y flanes a cambio de US$ 100 millones. La operación se hizo creando una nueva sociedad, Arsa.

 

Según trascendió, a Fonterra le interesa que ese negocio vuelva a ser controlado por SanCor.
Por otra parte, según pudo saber LA OPINION, a los asociados que entregan parte de su producción a otras empresas se los emplazó hasta el 15 de enero para que regresen a SanCor, caso contrario serán expulsados definitivamente.