Se instituyó en el Ministerio del Acolitado a seis aspirantes al Diaconado Permanente de la Diócesis de Reconquista. La misa fue presidida por Monseñor Ramón Dus, el domingo pasado en la ciudad de Malabrigo.

 

“Para ser diácono, primero, la Iglesia te tiene que admitir como candidato, eso sucedió hace dos años en nuestro caso. En 2012, recibimos el ministerio del lectorado, el cual implica ser Catequista, proclamar la Palabra. Ahora, nos instituimos en el acolitado, que es el escalón antes de la ordenación diaconal, y está en función al altar, es servir a la mesa eucarística. Un acólito debe acercar la comunión a los enfermos, a aquellas personas que no pueden, por alguna razón, asistir a misa los domingos, y también distribuirla dentro de ella”,

 

Se encuentran transitando por este camino Savier Sponton (Malabrigo), Horacio Gonzalez (Vera)René Sandoval (Avellaneda), Julio Altamiranda (Villa Ocampo), Jorge Gallard y Aldo Bais (Reconquista).

 

González, que profesionalmente se desempeña como Director del nivel secundario de la Escuela San Juan Bautista, explicó que “el diaconado es seguir el ejemplo de Jesús, que vino a servir y no a ser servido. En la Iglesia Apostólica, ante tanta actividad de los apóstoles, se descuidaron a las viudas, entonces ellos buscaron a siete hombres casados para ayudar en la atención a la caridad, y ahí surge el diaconado. Si uno hace memoria, Esteban fue el primer mártir de la Iglesia y también fue un diácono. Después desapareció esta figura, hasta que en el Concilio Vaticano II, se restauró”.

 

De acuerdo a los tiempos canónicos, dentro de seis meses los nuevos acólitos deberían llegar a cumplir el objetivo propuesto y culminar con esta etapa, para dar comienzo a una nueva en su vida cristiana. Sin embargo, debido a que Monseñor Dus se despide el próximo domingo de la diócesis, para iniciar su labor pastoral como Arzobispo de Resistencia, los tiempos pueden quizás extenderse. Todo dependerá del Papa Francisco, encargado de nombrar un nuevo Obispo.

 

“Esto es una vocación, Dios te llama a consagrar tu vida. La primera opción que uno tuvo fue la del Matrimonio, de ser esposo y padre. Y ahora se amplía esta convocación a servir a los hermanos. La misión del diácono no se refiere al reemplazo del sacerdote, ni es un invento de la Iglesia, ni tampoco una necesidad de ésta por el número bajo de curas. Es algo que se da desde antaño, y si bien no sucedía en la diócesis de Reconquista, significa un caminar. En síntesis, la misión del diácono es ser el oído del Pueblo, es aquel que trabaja con los distintos rostros sufrientes de Cristo”, concluyó Horacio.

 

Ma. Selene Ricart Asencio