Desde el día que en que desapareció, la búsqueda de Ale Pizarro – que fue hallado muerto  por un puestero- ,  fue infructuosa a pesar de que incluyó a baqueanos, amigos, familiares, canes adiestrados de la policía santafesina, un rastrillaje aéreo con un helicóptero oficial de la provincia, y varios días de exploración de toda la zona por policías montados.

 

Pero nada ni nadie pudo dar con el pibe hasta la mañana del lunes en que el trabajador rural dio imprevistamente con su cuerpo “seco, con la cara irreconocible y con signos de haber fallecido hace unos 60 o 70 días según el informe del médico policial”, de acuerdo a lo precisado a El Litoral por el fiscal de la causa Martín Gauna Chapero.

 

Ahora, a la luz del descubrimiento queda claro que luego de sufrir el accidente en camioneta, se adentró en el monte tras vadear una cañada y tomó la drástica decisión de quitarse la vida, se presume atribulado por el hecho de haber dañado un vehículo que no era de su propiedad.

 

Críticas

 

Apenas se conoció la noticia en el mediodía del lunes, la gente inundó de mensajes las redes sociales y las redacciones de medios de la región cuestionando el accionar de búsqueda desplegado por las fuerzas de seguridad, y comparando lo ocurrido con el caso de la familia Pomar en Buenos Aires.

 

Es que la cercanía del cuerpo sin vida con el lugar donde Ale tuvo el vuelco disparó  preguntas recurrentes de lectores y oyentes que apuntaron a inquirir si en realidad se buscó adecuadamente ya que fue encontrado a tan solo 3 kilómetros hacia el oeste del accidente, y la búsqueda específica se concentró hacia el este.

 

También fue puesta en tela de duda la labor de los perros adiestrados para rastros específicos provenientes de la policía de de la ciudad de Santa Fe, que indicaron que el joven luego del accidente habría caminado 400 metros hacia el norte por la ruta 83S hacia una garita ubicada en un cruce de caminos, cuando, por el contrario, ahora quedó evidenciado que el malogrado adolescente no fue en ese sentido.

 

En las críticas sociales fue incluida la labor del  helicóptero de la provincia y las recorridas repetidas de agentes policiales por la zona que siempre arrojaron resultado negativo.

 

Caso Pomar

 

Así se caratuló a la desaparición de una familia argentina que inició un viaje en su automóvil el sábado 14 de noviembre de 2009 desde la localidad de José Marmol rumbo a Pergamino, (Provincia de Buenos Aires) y nunca arribó a destino. Dicha familia estaba compuesta por Fernando Pomar, su esposa Gabriela Viagrán, y sus hijas menores de edad Candelaria y Pilar.

 

Durante 24 días la familia Pomar estuvo desaparecida hasta que el martes 8 de diciembre de ese año las autoridades hallaron los restos de los integrantes de la familia, dispersados alrededor de su propio automóvil a cincuenta metros de la ruta. Las pericias indicaron que habían sufrido un accidente automovilístico el mismo día de su partida. El caso conmovió al país y ocupó los principales diarios y noticieros.

 

La policía hizo varios rastrillajes por tierra con patrulleros, caballos, perros y personas a pie, por aire con helicópteros y por agua con lanchas. Supuestamente, se había hecho todo correctamente y no habían encontrado nada en la ruta por donde los Pomar habían pasado, por eso la fiscal del caso había descartado la hipótesis del accidente. Sin embargo, el martes 8 de diciembre de 2009, toda la familia Pomar apareció muerta al costado de la ruta 31, en un monte con espesa vegetación y se confirmó que tuvieron un accidente automovilístico.

 

Infovera