Hoy se conocieron varios cambios sacerdotales en parroquias de la región. El padre Rolando González se hará cargo de la Parroquia de nuestra ciudad. Por su parte, el Padre Carlos Degiusti será el párroco de Vera.

 

Así lo comunicó el Obispo Monseñor Ángel Macin:

 

Comunico que, en el día de la fecha, después de un tiempo fecundo de diálogo y discernimiento con los sacerdotes y seminaristas incluidos en esta decisión, y habiendo consultado al Consejo de Presbiterio de la Diócesis y ponderado con atención las diversas opiniones del Pueblo de Dios, expresadas de distintas formas, he decidido los siguientes nombramientos:

 

Párroco de la Parroquia “San Juan Bautista”, de Vera: Pbro. Carlos Alberto Degiusti.

 

Párroco de la Parroquia “Nuestra Señora del Huerto”, de Malabrigo: Pbro. Rolando Danilo González.

 

Vicario Parroquial de la Parroquia “San Juan Bautista”, de Vera: Pbro. Néstor René Vera.

 

El Pbro. Sebastián Splawinski pasará a residir de un modo permanente en la Parroquia “Sagrado Corazón de Jesús”, de La Gallareta, de la que es actualmente Administrador Parroquial.

 

La parroquia “Sagrado Corazón de Jesús” de Villa Ana será coordinada pastoralmente por el Pbro. Ariel Fabián Brollo, y la Parroquia “Santa Ana” de Florencia por el Pbro. Javier Ubaldo Pividori, a la espera de una evolución favorable en la salud del P. Rogelio Bosch. Ambos seguirán cumpliendo con sus oficios habituales y serán asistidos por otros sacerdotes en la atención de esas comunidades parroquiales.

 

Los seminaristas que han terminado su formación inicial en el Seminario y ya están en la Diócesis, completando su camino formativo inicial, tendrán los siguientes destinos: el Acólito Adrián Eduardo Fun, a la Parroquia “San Juan Bautista” de Vera, y Acólito Guillermo Nicolás Benítez, seguirá en la Parroquia “Ntra. Sra. de la Merced” de Avellaneda.

 

Agradezco a todos -sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosas/os y laicos- por su buena disposición para llevar adelante la tarea pastoral de la Diócesis en estos tiempos, y pido que recemos fervientemente por la santidad, la perseverancia y el aumento de las vocaciones.