Como dos mil años atrás Jesús pide un lugar, y María y José siguen llamando puertas, en ese momento eran de material ahora son las de nuestro corazón.

 

Sin dudas lo más importante que tiene nuestra comunidad es la adoración al Santísimo, ese Dios vivo que nos espera y consuela, nos protege y derrama bendiciones.

 

¿Somos conscientes del inmenso privilegio que esto significa?; sabemos que un adorador es el depositante de estas bendiciones que a través suyo se derrama a la comunidad toda.

 

Anoche tuvo lugar la segunda reunión de un grupo de adoradores con nuestro párroco al que se le solicitó una semana para convocar a la comunidad para cubrir las horas que faltan, de no ser así se da la posibilidad de cerrar la adoración por las noches, lo que dejaría de ser adoración a perpetuidad, y sabemos de muchos casos, a través de tantos años donde hubo mucha gente que en plena madrugada llegó desesperada pidiendo consuelo por alguna desgracia o algún pedido especial

 

Por semana se necesita cubrir 168 horas y hasta el momento sólo se cubren 102, lo que en una población de más de 10.000 personas realmente deja mucho que desear.

 

Se decidió poner las listas en el templo para que libremente puedan anotarse quienes se comprometen a cumplir, en este momento sería por estos dos meses de verano ya que en el mes de marzo se trazarían las normas para regir esta Adoración.

 

Sabemos el compromiso que significa poder tener el honor de esta adoración y de ninguna manera debemos acortar las horas, Dios nos llama no podemos pasar una hora con ÉL?, en el pasaje del Monte de Olivos reprendió a sus discípulos, podemos volver a dormirnos y dejarlo sólo?

 

Sabemos que hay mucha gente que desde el principio cubre una hora y la alegría y satisfacción de acompañar al Señor.

 

En el Libro de Testimonios hay muchísimas pruebas de que Jesús nos escucha y consuela, no se sale de la misma forma que se entra siempre hay plus, caricias del alma, Cristo nos transforma.

 

Acompañemos a Jesús